jueves, 11 de noviembre de 2010

Ruta Cultural: Casco Histórico de Errenteria

El Casco Histórico de Errenteria es el más extenso de la Comarca de Oarsoaldea.
La Villa de Errenteria, situada en el Valle del Oiartzun, en la parte Nororiental del Territorio Histórico de Gipuzkoa, fue fundada en 1320 al recibir de Alfonso XI el Fuero de San Sebastián. Si bien en el documento fundacional se le da el nombre de "Villanueva de Oiarso", desde fecha temprana se comenzó a utilizar la denominación de "Rentería" derivada de su actividad comercial portuaria. El Casco Histórico conserva clara su morfología medieval en trazado de calles, parcelación y conformación de manzanas.



El Casco Histórico de Errenteria está integrado por la villa primitiva y el ensanche del s.XV, constituyendo el centro de la trama urbana la calle Madalen, antiguo cantón que en su parte media se ensancha conformando la Plaza del Pueblo. Las calles Goiko kalea, Eliz kalea, Erdiko kalea y Beheko kalea constituyen el primitivo núcleo amurallado que, como consecuencia del crecimiento de la población, fue ensanchado en el s.XV con el triángulo formado por las calles Kapitanenea, Andra Mari y Santxoenea, procediéndose entonces a la construcción de la villa.





Si bien no quedan prácticamente vestigios de las murallas, se conservan en Goiko kalea las Casas-Torre de Torrekua y Morrontxo que, formando parte de aquélla, controlaban el acceso por la puerta de Navarra. La tipología de la edificación es variada, predominando las casas medianeras de tres y cuatro plantas, y con ejemplos de casas con fachadas entre espolones de piedra, que avanzan en altura respecto a la planta baja y se rematan con aleros volados de canes tallados. Destacan algunas casas solares blasonadas, especialmente el Palacio de Zubiaurre, Casa Arrambide y Casa Kapitanenea. Edificios singulares dentro del Casco son: la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, de estilo gótico-vasco, y el Ayuntamiento, construido en el s.XVII.
Muchos de estos lugares vieron a insignes e ilustres hijos de Errenteria: Martín de Errenteria, General del mar Océano que luchó contra Barbarroja; Juan López de Erresuma y Eraso, Almirante en la Carrera de Indias, que participó en la Batalla de San Quintín; Martín de Zamalbide, General del Mar del Sur y Gobernador de la Armada de las Indias, José Manuel Lujambio "Txirrita", bertsolari, o el poeta Luis de Jáuregui "Jautarkol" son, junto al lingüista Koldo Mitxelena, algunos de los hombres de Errenteria que todavía sentimos vivos al deambular por su Casco Histórico, calificado por el Gobierno Vasco como BIEN CULTURAL, con la categoría de CONJUNTO MONUMENTAL.


Monumentos de Interés

ERMITA DE SANTA MARIA MAGDALENA La Ermita de la Magdalena se encuentra situada en la calle del mismo nombre.
En sus origines medievales era un hospital que acogía a los enfermos de lepra, de ahí que su ubicación fuese lejos del núcleo original, para evitar la propagación de enfermedades. Antiguamente fue Hospital de leprosos, no sólo de Errenteria, sino de otros muchos pueblos tanto de Gipuzkoa como de Navarra.
A comienzos del s. XVII ya no había leprosos que atender, pero el culto a la santa continuaba vivo. Cien años después, el Ayuntamiento encargó la ejecución de importantes obras ante el penoso estado del edificio. Se rehizo la cimentación, se levantaron nuevamente las paredes principales de ambos lados del coro y se dispusieron cinco arcos de piedra sillar, tres frente a la capilla y dos debajo del coro. En los años siguientes fueron necesarias sucesivas reparaciones que, sin embargo, no evitaron que el edificio tuviese que ser destruido por mandato del obispo, aunque según se deduce de un acta de 1732, fue nuevamente reedificado.
Se trata de un edificio exento, denominado bajo la tipología de "Iglesia-solar". Su ábside está orientado al este, demostrando así la antigüedad de la Ermita. Destaca la sobriedad de la fachada realizada con sillería de arenisca.
La estructura que sujeta el coro es de madera con forma de "U", propia de las iglesias de los alrededores del Bidasoa. En su interior podemos ver dos esculturas de Santa Mª Magdalena, siendo la más actual la que podemos ver en las procesiones que se celebran en las fiestas patronales del pueblo, los días 22 (día de la Magdalena) y 25 de julio (día de Santiago, último día de las fiestas).
También destaca la talla de San José, de quien, a pesar de no encontrar datos de su origen y cronología, parece, por su estilo, pertenecer al estilo barroco.
IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN
La Iglesia de Errenteria, tal y como hoy la conocemos, es un edificio del siglo XVI, momento en que se llevó a cabo la reconstrucción y ampliación del primitivo recinto parroquial de la Villa, del que prácticamente nada sabemos. Con el pasar del tiempo, la arquitectura del templo ha sufrido alguna modificación, aunque es su ornamentación escultórica y figurativa la que más gustos de estilos posteriores acumula.
Los apoyos adosados a los ábsides, casi todos los soportes que circundan el perímetro de la Iglesia, así como las dos primeras columnas a partir del presbiterio, son de estilo gótico: presentan un cuerpo central circular al que se adosan las columnillas correspondientes a los nervios de las antiguas crucerías y en ellas los capiteles van indicados por una imposta formada por tres filetes y dos cavetos.
Nos encontramos ante un edificio de planta basilical con tres naves de igual altura y casi idéntica anchura que buscan la unificación del espacio. La igualdad de altura de las naves hace innecesario el uso de arbotantes góticos por lo que se recurre a la utilización de robustos contrafuertes entre los cuales se abren una serie de capillas con pequeños vanos de medio punto, muchos de los cuales han sido cegados al instalarse los altares.
En cuanto a los elementos sustentantes del edificio, vemos cómo aún respetando el primer par de apoyos góticos, se introdujeron después columnas clásicas, formadas por sencillos y lisos fustes monocilíndricos, con basas áticas y capiteles dórico-toscanos. A los pies de la nave de la epístola, se funden tres columnas en una, para soportar el peso de la torre. Estos impresionantes soportes constituyen un rasgo tan característico del estilo que precisamente por ello estas Iglesias reciben también el nombre de "columnarias".
Nervios curvos o combados unen todas las claves de la bóveda, creando esquemas florales. En alguna de ellas, estos nervios son rectos y trazan la silueta de un octógono. Con el empleo de estas bóvedas estrelladas, propias del gótico, que se apoyan sobre unos soportes de gusto renacentista, el estilo "gótico-vasco" logró "la combinación de las dos conquistas más bellas de la arquitectura de todos los tiempos: la columna clásica, tan aérea y armoniosa y la bóveda de crucería, que levanta y adorna los espacios".
Ya en el siglo XVII, concretamente en 1625, se erigió la portada principal de la Iglesia, abierta en el muro norte a la altura del tramo anterior a los pies. Un gran arco casetonado se abre en el muro de la Iglesia, rematado por un alero y enmarcado por pilastras que apenas se insinúan. Este trazado de un arco como cobijo de portadas, utilizado ya en el siglo XVI por Juan de Álava en San Esteban de Salamanca, fue un recurso muy empleado en muchos accesos a templos renacentistas de nuestra geografía.
El remate de la torre, cuyo primer cuerpo hasta la altura de la nave es sin duda el primitivo, fue renovado en 1825 por Juan Bautista de Huici. Esta torre tuvo una existencia muy efímera ya que fue sustituida en 1897 por el remate neogótico que ostenta hoy la Iglesia. Las vidrieras fueron encargadas a la casa ZETTLER de Munich que, además de ajustarse a los temas impuestos, debían realizarlas sobre fondos esmerilados e incoloros que permitiesen un mayor paso de la luz.
Los ventanales estaban abiertos, ajustados a un tipo único gótico, cuando estalló la Gran Guerra. Los vitrales, que ya habían salido de Munich vía Amsterdam, no llegaron al puerto de Pasaia. Hubo que cerrar los vanos con maderas, y así permanecieron durante cuatro largos años. Al concluir la contienda, el párroco pudo por fin localizarlos en el puerto de Amsterdam: las cajas estaban intactas y ni un solo vidrio se había roto.
La parroquia de Errenteria es, como la llamó Lecuona, un Museo de Arte que guarda en su interior obras escultóricas dignas de admiración, como puede ser el retablo de las Ánimas (parte de un tríptico flamenco de los siglos XV-XVI).



CASA CONSISTORIAL – AYUNTAMIENTO
La Casa Consistorial de Errenteria es un edificio de planta sensiblemente cuadrada en origen que define uno de los lados de la Herriko Enparantza, donde se halla la Iglesia y donde convergen cinco de las siete calles del Casco Medieval.
El edificio responde al tipo de Casa Consistorial vasca. Tiene exentas la fachada principal y un lateral, el otro ha quedado también libre al desaparecer la casa con la que hacía medianera. El aparejo es de sillería arenisca. Consta de planta baja y dos alturas, con un levante retranqueado de factura posterior. Lleva cuatro huecos por planta, dispuestos en eje y simétricamente. En las impostas de los arcos y recercando los huecos presenta platabandas. Molduras muy salientes dividen las plantas. En la planta baja se describe un pórtico con arcos de medio punto. En la primera planta se abre un balcón volado y corrido que ocupa los dos huecos centrales, el resto de los huecos, tanto en la primera como en la segunda planta, son balcones individuales, todos ellos con interesantes forjados de hierro y apoyados en molduras salientes. La fachada remata con un friso de triglifos y metopas y alero de canes tallados.
En la primera planta y centrado se sitúa el escudo de la Villa. En lo alto del extremo izquierdo y esquinado se observa un reloj de sol. El lateral derecho lleva las características generales de la fachada principal. Tiene cuatro ejes de vanos, la mayor parte de los cuales son balcones, con dos arcos que se abren al zaguán en planta baja y escudo de la Villa. El escudo de la Villa que aparece en la fachada principal y lateral contiene un castillo sobre ondas de mar, dos paneles a los lados y dos ramos (sinople) que descienden de la más alta almena del castillo. Sobre el conjunto se distingue un angelote que viene a sustituir a la corona de marqués, habitual en las villas gipuzkoanas.



CASA DEL CAPITAN O CASA SOLAR DE URANZU
Martín de Rentería y Uranzu, nacido en el último tercio del siglo XV y conocido como "el capitán de la Renteria", es quien da nombre a esta casa barroca del siglo XVII.
Se trata de un edificio situado entre medianeras, de planta rectangular y cubierta a dos aguas con el caballete paralelo a la fachada principal, que está realizado en aparejo de sillería arenisca. En principio presentaba planta baja y dos alturas, que quedaban separadas por platabandas. No obstante, la parte derecha ha sufrido importantes alteraciones, de manera que los pisos quedan desplazados de su altura original y los huecos interrumpen las platabandas. En esta parte los huecos son, en la planta baja, accesos a un bar y, en las superiores, balcones de vivienda. El elemento más interesante es el escudo, con la leyenda "Iturriza".
La parte izquierda contrasta con su piedra limpia y el alero de canes tallados. Tiene un escudo del mismo estilo, aunque no simétrico, con la leyenda "Uranzuy". Presenta un único eje de vanos que reproducen un acceso adintelado en la planta baja, y balcones volados con baranda de hierro forjado en las alturas primera y segunda. Actualmente, la parte derecha es una casa de viviendas, pero la izquierda, ha sido convertida en casa de cultura, limpiándose la fachada y transformándose totalmente el interior para acoger los servicios de cultura municipales. Sólo se han conservado un par de arcos en la planta baja, hoy ocupada por sala de exposiciones.




CASA PALACIO ZUBIAURRE
El Palacio de Zubiaurre, del siglo XVIII y de estilo barroco, es un edificio que cerraba la Villa por uno de sus extremos. Además, protegía una de las puertas de la villa.
Es de planta rectangular y cubierta a tres aguas, formando frontón en el lateral derecho. Consta de planta baja y dos alturas y el aparejo es de sillería arenisca en las fachadas principal y posterior y en los elementos nobles del lateral izquierdo. La fachada principal presenta tres vanos por planta y en eje. Las plantas quedan separadas por platabandas. La fachada remata con cornisa moldurada y alero de madera con los canes tallados y gárgolas en los extremos. En la planta baja lleva un acceso adintelado centrado con puerta tachonada, flanqueado de accesos secundarios y ventana. En el extremo izquierdo lleva un paño perpendicular a la fachada.
En la planta primera se abre un balcón volado y corrido que se prolonga sobre el paño y sobre él, centrado, lleva un escudo bien conservado. La fachada posterior gana una planta debido al desnivel del terreno y presenta tres ejes de vanos. Una platabanda separa las plantas baja y primera y otra corre en lo alto de la fachada, que remata en alero de canes tallados. En la planta baja lleva un amplio acceso adintelado flanqueado por ventanas y sobre estos vanos hay pequeñas ventanas apaisadas para la ventilación. En la primera lleva ventanas, y en la segunda y en la tercera balcón volado apoyado en mensulones, flanqueado por ventanas. En el lateral izquierdo la disposición de los huecos es en cuatro ejes, no muy regulares, resultando la fachada menos interesante.



CASA-TORRE TORREKUA
La Casa Torrekua es un edificio de planta sensiblemente cuadrada y cubierta a cuatro aguas. Se sitúa en un extremo de la Villa, cabeza de manzana, desde donde protegía una de sus puertas.
Su fachada principal está realizada en aparejo de sillería arenisca, y las otras dos en mampostería. Una de ellas, la que formaba parte de la muralla cerrando la Villa, está enlucida y todos sus huecos han sido abiertos posteriormente. En la fachada principal también presenta dos ejes de huecos abiertos posteriormente y sin interés. Destacan entre los vanos originales un acceso en arco apuntado con IHS (Iesus Homine Salvator-Jesús Hombre Salvador) en la clave. En la primera planta se abre otro acceso similar, aunque más estrecho y hoy cegado, al que se llegaba por una escalera exterior de piedra, de la que se aprecia claramente el perfil en el muro. En la primera planta y cegadas presenta dos ventanas geminadas, trilobuladas y sin ajímez. El remate es un sencillo alero de madera. En el extremo izquierdo un paño avanza perpendicularmente allá donde debía situarse la puerta de la Villa. Presenta en su frente un modillón con una cara toscamente tallada.



CASA-TORRE MORRONTXO
La Casa Morrontxo compagina la caliza y la arenisca como materiales de construcción. Presenta una planta prácticamente cuadrangular. Cierra la villa por uno de sus extremos, en la cabecera de una de las manzanas exteriores del Casco Medieval. Consta de planta baja y tres alturas. Los muros son muy gruesos, de sillería arenisca en la fachada principal y de mampostería vista con sillar en las esquinas y cercos de los vanos en las otras fachadas. Los elementos medievales están muy modificados.
En la fachada principal, además de una serie de ventanas y balcones, que son posteriores, destacan los siguientes vanos originales: un amplio acceso en arco apuntado adovelado y una ventana de medio punto abocinada en planta baja. En la primera conserva indicios de lo que pudieron ser un acceso a cadalso y una ventana geminada. En la segunda tiene un hueco en arco conopial con flor de lis, otro en arco deprimido y una ventana de medio punto geminada y recrucetada. En la planta superior se abren una serie de pequeños vanos de medio punto cegados. Hay dos pares de líneas de modillones, una sobre la puerta alterada y otro en la planta superior, que sostendrían el cadalso. Estas líneas de modillones se mantienen en las demás fachadas. La fachada principal remata con gárgolas. En estas torres destacan sus dimensiones tanto en la planta como en altura. En el interior se conserva el primer tramo de la escalera de piedra.



CONVENTO DE LAS AGUSTINAS
La Trinidad, también conocido como Convento de las Agustinas, habitado por religiosas agustinas, y situado extramuros de la Villa, fue fundado hacia 1543 por las hermanas Bárbara, Catalina y Mari Juan de Asteasu, apellido que podría hacer referencia al lugar de su nacimiento, aunque algunos autores afirman que eran vecinas de Errenteria.
Su fundación fue muy mal acogida, al no contar con el consentimiento de las autoridades municipales, que ni siquiera fueron consultadas. El Ayuntamiento interpuso entonces un pleito tratando de conseguir -aunque sin éxito- la demolición del monasterio.
Años más tarde un nuevo conflicto enfrentó al convento con el Ayuntamiento, ya que las religiosas optaron por prescindir de los servicios sacerdotales de los clérigos de la Villa, trayendo otros de la orden Agustina e incumpliendo así una de las cláusulas de las capitulaciones firmadas entre ambas partes.
Entre 1588 y 1604 se pensó en trasladar el convento al lugar llamado de San Bartolomé, en Donostia-San Sebastián, después de que se desechara la primera idea de instalar a las religiosas en la basílica de la Magdalena. Se llegó incluso a llamar a Fray Miguel de Aramburu, maestro que hizo los planos de la Casa Consistorial.
Éste debía ocuparse "en dar la traza y orden de lo que de prestado se ha de hacer para bajar las monjas donde se pretende trasladar dicho monasterio". Esta iniciativa, sin embargo, no llegó a fructificar.
La iglesia, reformada hace pocos años, es de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón con lunetos y coro a los pies y en alto. En su austera fachada principal destaca la portada de traza clásica con acceso en arco de medio punto encuadrado por columnas sobre plintos que sostienen un pequeño entablamento.

 

 

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